Las piscinas ecológicas son una alternativa poco conocida pero muy atractiva frente a las convencionales, empleando plantas como elemento depurador. En este tipo de sistema no es necesario ningún tipo de producto químico que actúe como agente desinfectante, ya que son las plantas las que desempeñan este papel.
No hay que dejarse engañar pensando que la piscina ecológica es un estanque. A diferencia del mismo, este sistema tiene la zona de baño y la zona de depuración (donde se ubican las plantas) claramente diferenciadas, proporcionando un agua tan cristalina como en las piscinas convencionales a la vez que un espacio verde anexo a la piscina gratamente atractivo.
Este tipo de sistemas requiere que un 30% de la superficie total de la piscina se destine a la depuración del agua (zona verde). No necesita una gran profundidad, bastaría con 1,50 metros, y la bomba debe funcionar entre 6 y 12 horas al día, dependiendo del clima y la estación del año.
Las piscinas convencionales usan productos químicos abrasivos que pueden producir alergias o incomodidad en nuestra piel, ojos o sistema respiratorio, especialmente en niños o ancianos. El diseño de las piscinas ecológicas se basa en comprender la relación natural entre el agua, la flora y la fauna, y crear un espacio saludable libre de tóxicos, en un entorno verde que sin duda mejora la experiencia del baño.