Para calcular la huella de carbono de un producto se deben cuantificar las emisiones de GEI generadas a lo largo del ciclo de vida de una unidad funcional de un producto. Estas emisiones se producen a lo largo de todo su ciclo de vida, es decir, desde la extracción de la materia prima, pasando por la fabricación del producto, su distribución, el uso que le da el cliente y la disposición final del producto.
La huella de carbono de un producto se puede calcular durante el ciclo de vida de una prenda o calzado, un producto alimenticio, un medicamento o cualquier otro elemento.
Realizar una buena definición de los límites del cálculo y de la metodología empleada resulta fundamental en el cálculo de la huella de carbono de un producto.