Es evidente que el deterioro medioambiental ha pasado a formar parte del debate social y político de la gran mayoría de los países, provocando un movimiento masivo de acciones contra el cambio climático y la protección de la naturaleza. Esto se debe a que hemos llegado a un punto crítico en el que seguir deteriorando nuestro entorno supone una amenaza real para la vida en el planeta.
«Los problemas ambientales y económicos actuales hacen necesario adoptar soluciones a distintos niveles. En el caso de las empresas, su obligación es reducir al máximo la contaminación que producen y, sin ninguna duda, el cálculo de la huella de carbono sirve para este fin».
En este sentido, como consultoras ambientales nuestro objetivo es ofrecer herramientas a nuestros clientes que ayuden a reducir su huella ecológica, contribuyendo y participando en este “movimiento verde” que no para de extenderse.
En el monográfico de este mes les vamos a dar información sobre una de estas herramientas: la cuantificación de emisiones y remociones de gases de efecto invernadero (GEI), conocida comúnmente como cálculo de huella de carbono.
El cálculo de huella de carbono en una organización es una herramienta eficaz si la dirección contempla la necesidad de implementar políticas de sostenibilidad ambiental en su actividad, reflejando una visión empresarial de cara al futuro.
La huella de carbono va enfocada a reducir las emisiones de GEI asociadas a la actividad de una organización calculando la cantidad de emisiones derivadas de dicha actividad durante un periodo determinado de tiempo, normalmente 1 año. Una vez calculada, se pueden poner en marcha medidas de reducción o compensación de emisiones, adquiriendo un compromiso de lucha contra el cambio climático y contribuyendo así a la protección del medio ambiente.
La huella de carbono debe ser calculada anualmente, ya que lo interesante es realizar un seguimiento de la evolución de las emisiones a lo largo del tiempo para poder aplicar medidas de reducción o compensación.
Entre las medidas de reducción de emisiones podemos encontrar el cambio a una comercializadora eléctrica que produzca energía procedente de fuentes renovables, modificaciones en el sistema eléctrico que eviten despilfarros, la sustitución de maquinaria por aparatos más eficientes o la utilización de vehículos eléctricos en la flota de la empresa. Si además de implementar medidas de reducción se quiere participar en un programa de compensación de emisiones, también es posible. En este sentido, la organización podría participar en proyectos de restauración de zonas degradadas o reforestación. No olvidemos que los bosques son los encargados de depurar nuestro aire absorbiendo CO2 y generando O2.
Pero lo interesante de esta herramienta es que no solo beneficia al medio ambiente, la cuantificación de las emisiones de GEI ofrece a las organizaciones numerosos beneficios a nivel empresarial:
- Identificar dónde se pueden introducir mejoras para la reducción de la huella y, por tanto, identificar potenciales ahorros.
- Cumplir y prepararse ante determinados requisitos legales.
- Es una herramienta muy efectiva para para la gestión ambiental y energética de las organizaciones.
- Mejorar la reputación de la organización.
- Mostrar una imagen de transparencia ante clientes y proveedores.
- Dar respuesta a posibles requisitos informativos por parte del cliente.
- Ofrecer ventajas competitivas en los mercados.
- Constituir un elemento diferenciador con respecto a otras organizaciones.
- Aumentar el grado de concienciación del consumidor teniendo acceso a nuevos segmentos de mercado más sensibilizados.
- Ofrecer información científico-técnica utilizable en marketing.
- Ofrecer un distintivo ambiental informativo.
Tanto como herramienta de gestión ambiental como de comunicación, formación o sensibilización, la huella de carbono se posiciona en el mercado como un instrumento cada vez más necesario para empresas y organizaciones.
Por último, para concluir esta entrada debemos recordar que los problemas ambientales y económicos actuales hacen necesario adoptar soluciones a distintos niveles: administraciones, empresas y ciudadanos; y en el caso de las empresas su obligación es reducir al máximo la contaminación que producen y, sin ninguna duda, el cálculo de la huella de carbono sirve para ello.
Si como responsable de una organización quiere implantar medidas de sostenibilidad ambiental, formar parte del movimiento de lucha contra el cambio climático y diferenciar a su empresa de la competencia, no dude en ponerse en contacto con nuestro equipo.
«Hemos llegado a un punto crítico en el que seguir deteriorando nuestro entorno supone una amenaza real para la vida en el planeta».